domingo, 13 de noviembre de 2011

Escribe, escribe y escribe

Escribe, escribe y escribe, no para ni para pensar. El papel estaba húmedo debido a sus lágrimas que chocaban en él. Bajaban lentamente, arañando cada milímetro de su piel. El papel, cada vez estaba más húmedo, ya casi ni se podía leer lo que estaba escribiendo, pero él no paraba seguía concentrado, necesitaba escribir, necesitaba escribir todo lo que sentía, todo lo que quería gritar al mundo, se quería hacer oír, pero justo cuando iba a gritar se quedaba sin voz.

Escribe, escribe y escribe, nada le interrumpía. Ni si quiera su madre, que se encontraba en el marco de la puerta, impotente, viendo como su hijo escribía y escribía, acompañado de esas lágrimas que no paraban de caer.

Unos minutos después se paró de golpe, no podía más, estaba cansado, quería irse a la cama. Y así lo hizo, se fue a dormir. Y dejo allí ese papel, empapado por sus lágrimas, iluminado por una lampara de baja intensidad, en el cual si te acercabas, se podía leer abajo del todo un: "LA QUIERO"

1 comentario:

  1. Precioso, no creo que haya mejor palabra para definirlo!
    Me ha encantado, en serio! Sigue así! Muchísimos ánimos! :)

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