viernes, 3 de mayo de 2013

Difícil

¿Cómo expresar esto que siento? pues de la única manera que sé, a través de las letras...
Antes de ayer volví a recordarte, tu voz, tu risa, tu forma de ser, toda tú y al recordarte a ti, recordé ese fatídico 1 de noviembre, esa fatídica macro-fiesta, esa maldita avalancha. 365 días junto a ti, algunos pensarán que fue poco tiempo, pero en solo un año me enseñaste que eras la fuerza en persona, la felicidad en carne y hueso, me enseñaste que pasara lo que pasara, siempre debía tener una sonrisa en la cara, que lo primero era yo, yo y yo, que los demás daban igual.
Catia, aquí se te echa de menos, mucho, todos los que formamos parte de tu vida, te echamos de menos, echamos de menos tu vitalidad, tus gritos por medio del pasillo o tus eructos de hombre, tu risa tan escandalosa, tu vocación, tu ayuda a los demás. Sin duda, tú eres única y no hay nadie como tú, maldigo la hora en la que decidiste irte de fiesta.
Ya son seis meses desde que te fuiste, pero aquí te tenemos igual de presente, sería imposible no tenerte presente, eso sería imposible.
¿Sabes de lo que más me arrepiento? De no haberte contado todo lo que te quería contar, todos los secretos que podía haber compartido contigo y no lo hice, con lo que tú me podrías haber ayudado.
Bueno Catia, espero que estés bien donde estés, aquí seguimos siendo fuertes por ti, no queda otra, siempre hay que ser fuerte y felices, pase lo que pase, tú lo sabes bien.
Un beso y te quiero Catia.

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