Etapa, en la que no tienes otra preocupación que divertirte. Simpre estábamos soñando con castillos y dragones, pensábamos que un simple palo era una varita mágica. Todo el timpo eramos felices, nos reíamos con cualquier cosa o con cualquier persona , no como ahora que tienes que estar alerta para que nadie te apuñale por la espalda. Todo lo que queríamos hacer era jugar y jugar, y si veíamos que ibamos perdiendo en un juego, simpre deciamos : ''Eso no vale, es trampa, venga empecemos de nuevo.'' Con esa frase lo solucionábamos todos. Cuando tener dinero significaba poder comprarte unos cromos al salir de clase. ¿Y quién no ha dicho nunca '' Tonto, el útimo'', y salias corriendo?.Todas estas cosas nos hacían felices.
Yo pienso que el mejor regalo que nos dieron en la infancia fue la ignorancia. No nos teniamos que preocupar por nada y no nos importaba el no saber, por que lo único que queríamos era divertirnos.
Y por eso hago esta pregunta : ¿A quien no le gustaría volver a tener esa ignoracia y esa felicidad?
Hola Óscar :) Gracias por tu comentario. Me he leído tus dos entradas y bien te puedo decir que me gusta como escribes. Además, el nombre del blog me llama, que también es importante jeje. Mucho ánimo con el blog, que ya verás cómo crece en nada. Yo te sigo, así que me verás por aquí leyéndote y comentando. Sólo que justo has llegado en el momento en el que tengo que dejar el blog durante unos días... así que te leeré cuando pueda y espero volver por aquí pronto =) Un beso
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