¿Sabes? todavía después de casi un año, no sé que ocurrió, nunca me lo explicaste, fue por decirlo así, un cambio muy bipolar, un cambio demasiado brusco, pasamos de un extremo a otro, pero a pesar de ello seguimos hablando, y varias veces te apoyaste en mi, tu estabas hundido y yo te ofrecí mi hombro, él no te hacía más que daño y él se acabó yendo al otro lado del gran charco; maldita hora en la que lo hice... no se me van a olvidar nunca esas malditas palabras que salieron de tu boca, al día siguiente dijiste que fueron por culpa del dolor, yo no lo creo, eso no se dice si no lo sientes.
Nuestras conversaciones siguen grabadas en un rincón de mi mente, allí donde guardo todos los recuerdos que prefiero tener escondidos; y tengo que admitir que de vez en cuando apareces en mi mente, y pienso en hablarte, pero me siento estúpido y al final nunca lo hago, y eres tú el que me sorprende y de repente, me haces saber que existes y que de vez en cuando te acuerdas de mi.
Y estas son las notas de un simple loco o como queráis llamarme, de una persona que no tuvo el valor de demostrarle todo lo que de verdad sentía, de un cobarde o de una persona con miedo; y sobre todo de una persona que se arrepiente de haber perdido esa oportunidad, esa oportunidad por la que latía mi corazón.